Poder ser productivo de forma cómoda influye
en el rendimiento
A muchas personas les ha tocado acostumbrarse
a trabajar desde casa, una opción que de hecho muchos prefieren. Pero para ello
hay que acomodar los elementos que permitan mantener una buena salud laboral,
del mismo modo que en el lugar de trabajo se realizan mediciones acerca de la
intensidad de la luz, la ergonomía del puesto de trabajo, temperatura,
ventilación, etc.
Ahora hay a nuestro alcance unos escritorios elevables con un sistema de
elevación a dos motores que se están convirtiendo en un elemento básico para
poder trabajar bien, ya sea en casa o en la oficina. Hasta hace muy poco nos
habíamos centrado más en la economía de la silla y en esos accesorios que
pueden hacer que nos duela menos la zona lumbar o la cervical e incluso evitar
directamente esas molestias. También nos hemos interesado por los ratones
ergonómicos o las alfombrillas que hacen que las horas que se pasan delante del
ordenador sean más llevaderas, pero ¿y qué hay de la mesa?.
Porque no basta con utilizar libros o
similares, u objetos especialmente diseñados para mantener la pantalla y otros
accesorios a una altura que se corresponda con nuestras características y
contribuya a la salud laboral. A la mesa de trabajo hay que darle la misma
importancia que a la ergonomía de la silla, porque si no de poco servirá la
inversión que se haya hecho en una silla premium. Del mismo modo en que las
sillas tienen una opción para cambiar la altura, poder tener esa posibilidad
con la mesa es una ventaja según qué función se esté realizando en cada momento
o quien la utilice. Quienes ya lo han probado, aseguran que les costaría volver
a una mesa tradicional.
Por diversas razones contar con una mesa elevable es algo más que un
capricho. Hay diversas opciones en función del presupuesto del que se disponga,
pero se puede afirmar que la inversión merece la pena. Una mesa con estas
características es muy polivalente, por lo que es una compra verdaderamente
práctica.
Es posible elegir la mesa en diferentes
colores, así como escoger el tamaño e incluso algún accesorio para ubicar los
diferentes cables o añadirle ruedas, por ejemplo. También la mesa puede tener
un diferente rango de opción de cambio de altura, y peso diferente que soportar
en función de la altura. De este modo podemos configurar ese escritorio de
trabajo a la medida de lo que verdaderamente necesitamos.
Una mesa así podemos adquirirla vía online y recibirla cómodamente en casa.
Si bien es cierto que se necesitará ayuda de otra persona para montarla,
también lo es que el montaje es bastante sencillo.
¿Y cómo funciona una mesa
elevable?
La mesa incluye dos pequeños motores
eléctricos totalmente seguros que se conectan a un módulo central que llega a
un panel de control. Las patas se expanden para subir y bajar en diferentes
niveles. Hay un pequeño mando de control en uno de los laterales de la mesa
(que incluso en algunos modelos es posible bloquear) y desde ahí se regula la
subida o bajada de la misma, sin apenas producir sonido, y a una media de unos
cuatro centímetros por segundo. Y lo más importante: sin peligro, porque si
detecta un obstáculo se para.
Uno de los detalles en que hay que fijarse a
la hora de hacerse con una mesa elevable es la calidad. Conviene dirigirse a una marca que dé garantías, que
ofrezca mesas verdaderamente robustas a prueba de golpes, del peso y del paso
del tiempo y no comprarla a cualquier proveedor, porque sólo así nos
aseguraremos de que funcione durante muchos años. En definitiva, invertir en
una mesa realmente práctica y estable.