El
diseño de interiores lleva desde hace un tiempo centrándose en la ergonomía y
el carácter minimalista del mobiliario bajo la premisa menos es más. En
consecuencia, sabemos que lo que se lleva es la amplitud y la sencillez
inducidas por las líneas rectas y los colores neutros que aporten luminosidad, pero en muchas ocasiones,
llevar estas asunciones a una cocina parece un objetivo imposible.
A
pesar de que montar una cocina chic minimalista parece a priori una causa
perdida, la realidad es que no es un imposible, puesto que como indican expertos interioristas, el secreto está en aprovechar
los espacios, ¿cómo? Mediante los electrodomésticos integrados, esos grandes
aliados que tan frecuentemente lucen en las despampanantes cocinas americanas.
Los electrodomésticos
integrables
Prácticamente
cualquier electrodoméstico puede
encontrar su versión integrable hoy en día, sea este un frigorífico, una
lavadora, un lavavajillas o incluso una campana de extracción. No obstante, y
dado que es cierto que en muchas cocinas no se cuenta con un hueco específico
para encajar estos grandes armatostes, lo más normal es adquirir pequeños ítems
integrables como es el caso del microondas
integrable, el cual para mayor comodidad
de los usuarios puede incluir distintas funcionalidades, desde las más básicas
hasta la inclusión de grill y descongelación ultra rápida.
El
fin último, como se venía diciendo, es facilitar la vida de los compradores, de
modo que desde distintos diseños, para que siempre haya un modelo adaptable a
un motivo de decoración concreto, se presentan las comodidades de siempre, pero
desde una disposición amigable y minimalista que no entorpezca la armonía de la cocina.
Si
esto no fuera suficiente, la innovación tecnológica ha encontrado su nexo de
unión con la vertiente estética, dando finalmente forma a las variedades de electrodomésticos encastrables y de libre
integración.
Mientras
que los electrodomésticos encastrables se sitúan dentro de los muebles, los de libre integración se colocan en los
huecos libres que se decían antes. Es cuestión del tipo de cocina elegir un
tipo u otro, aunque siempre es posible optar por dejar al descubierto
frigorífico, horno y microondas y ocultar el resto de electrodomésticos, como
lavadora y lavavajillas, bajo la encimera, en cuyo caso y de no contar con un
armarito disponible para integrarlos, siempre se puede optar por la versión
panelable, que incluye una puerta que hace el efecto de ocultación pretendido.
Minimalismo y
funcionalidad en un todo
Disfrutar de una
cocina de diseño es posible hoy en día, tanto
para quienes ya cuentan con una disposición específica para ello, como para
quienes están dispuestos a remodelar la cocina en su totalidad o incluso para
quienes quieren adaptar lo que ya tienen, pero sin echar la estructura abajo.
Puesto
que el interiorismo actual muestra sus esfuerzos por garantizar la ergonomía,
mientras que paralelamente las empresas de electrodomésticos estudian
continuamente cómo adaptar sus productos a las necesidades estéticas de sus
clientes, se vuelve posible acceder a la
cocina soñada desde cualquier punto de partida.
Tanto
es así, que hasta diversas tiendas de muebles están sumando sus esfuerzos al
incluir en sus catálogos soportes y puertas que dan ese efecto de solapamiento
bajo la filosofía de que la belleza está
en el interior. ¿El resultado? Un efecto de amplitud, mayor sensación de
limpieza y ante todo una estética digna de catálogo de revista, la cual resulta
ideal tanto para cocinas grandes como para pequeñas cocinas.
En
este último caso, lo mejor es optar siempre por la horizontalidad en cocinas
grandes, para que no se produzca un efecto de despoblación, y por la verticalidad en las cocinas pequeñas,
de modo que se fomente la altitud.