El sitio es estrecho y largo, con una pequeña fachada de la zona ribereña. Para maximizar la vista de la zona ribereña, Aamer ha diseñado la casa con una curva tal como un boomerang para que todas las habitaciones pueden tener vistas de la costa.
La geometría también permitió una piscina de veinticinco metros que se incorporarán en un lado en el nivel del suelo. Esta piscina de entrenamiento continúa como una fuente de agua que se envuelve alrededor de los espacios de estar y comedor. Aamer también diseñó los principales espacios de la primera planta para ser fluida y continua, de modo que, al entrar, se pudiese ver en línea recta toda la costa.
La conexión a la costa se ve reforzada por una cubierta de madera lineal que se extiende desde la casa en el muelle. Los clientes también opinaron que tal articulación espacial da a la casa una sensación de espacioso y lo hace parecer mucho más grande que muchas otras casas rectilíneas en parcelas similares la zona.
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